Abre los ojos, abre tu mente

Abre los ojos, abre tu mente

    ¿Cómo es? ¿Cómo se ve en tu mente? Para ti, ¿De qué color es? ¿Qué tamaño tiene?

    Para muchos, la vida es sinónimo de éxito, proceso tras proceso. Para otros, una constante llena de esfuerzos y de agonías. Y para algunos, toda una aventura, un movimiento: buscando más que un éxito, un progreso que requiere, más que un proceso, una maduración. Y lejos de ver ahí agonías, idealiza en él una adaptación. Movimiento que genera movimiento. ¿La clave? puede que haya muchas, pero sin duda, el primer paso es abrir tu mente.

 

    Abre los ojos, y con ellos tu mente.

    Ello implica atreverte a integrar nuevas ideas, generando dudas, buscando respuestas, usando ese potente instrumento que llamamos curiosidad. Implica construir entornos a nuestra manera, vínculos, experiencias estimulantes… Abrir la mente, despejar y ampliar pensamientos y actitudes, mejorando situaciones, opciones y con ellas, mejorando posibilidades. A nuevas acciones, nuevas respuestas.

    Acepta mundos, no sólo insistas en vivir en el tuyo. De lo contrario, será como sólo ver u observar, pero sin captar. Será percibir pero sin integrar. Convivir pero sin intentar adoptar nuevas perspectivas. Como aprender a distinguir y a diferenciar pero sin intentar ajustar ni adaptar. Como sentir pero no creer.

    Despertar, abrir opciones, abrirte a ideas, abrir huecos… y, ¿cómo llenarlos? ¿De qué? De más opciones, buscando la acertada. De más ideas, esperando las mejores. De más preguntas que requieren respuestas. De más caminos… y… ¿a dónde te llevan ? A más opciones, a más ideas, a más preguntas, a más aventuras. Un ciclo de dudas con necesidad de más respuestas. Ello conformará un grandioso motor motivacional, estimulante y lleno de decisiones que forjarán la experiencia.

 

Comienza de nuevo, pero no olvidando.

Ajusta, mas no transformes.

Mejora, pero sin destruir.

Pide, pero nunca exijas.

Enseña, mas nunca dejes de aprender.

Se sabio, pero sin dejar de sorprenderte.

Pausa, no te detengas, avanza hacia el objetivo, más no cerrando puertas.

Camina, aún sin rumbo, mas nunca pierdas el camino.

Busca ambiciones, pero sin perfectas expectativas.

Comparte y entrega, mas nunca pierdas tu libertad e independencia.

Duda…pero nunca pierdas la fe.

Escucha a tu mente, hazlo con el alma.

Vive, disfruta, ama y nunca dejes de sonreír, porque la acción de todo hombre y de toda mujer, carece de sentido si sólo sientes con tu cuerpo y no con el corazón.

Abre los ojos, abre tu mente.

DESPIERTA.

 

María Fernanda Galván Flores

Lyon- Francia, 2012



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